domingo, 17 de febrero de 2013

VORÁGINE LAMPEDUSISTA

Hace un rato he escuchado en la radio a Albert Rivera de CIUDADANOS, y la verdad, entiendo que su mensaje llegue, porque dice lo que la mayoría quieren oír.  Ahora bien, ¿Por qué la mayoría quiere oír, en exclusiva, ese mensaje?- ¿Que hay una corrupción generalizada en el país, y en particular, con nombre y apellidos, en la clase política?. Cierto, así és.  Lo cual es una media verdad. Al hacer abstracción del fenómeno de la corrupción de su incardinamiénto en el sistema económico imperante, se está quitando del centro de atención a aquellos que no quieren que se les mire. El auténtico Poder. El que tiene a su servicio al conjunto de la clase política y a los medios de comunicación, cuya trabazón empresarial es espeluznante, sin dejar un resquicio a la información veraz.  Estos medios de "desinformación" llevan mucho tiempo poniendo el acento en individualidades que proliferan cómo hongos en ésta época, como exclusivos protagonistas del fenómeno de la corrupción. Con lo cual, si eliminamos a este conjunto de individuos, mediante una acción hasta ejemplarizánte, habremos acabado con el cáncer. Ahora, eso sí, ¡No me toquen los mecanismos fundamentales de la maquinaria con qué se gobierna el país!- Evitemos a toda costa que la ciudadanía tenga acceso al control de esa maquinaria, este es el núcleo de la cuestión.
---Estamos viendo en éstos días el desmelenado afán con qué todos los partidos políticos, proponen de todo para reformar, cómo si en estos treinta y cinco años pasados no hubieran podido encontrar ni un solo resquicio para hacerlo, empezando por la propia conformación de los partidos con auténtica participación
democrática en lugar de la genuflexion ante el líder.
--Estemos atentos, pues, a lo que nos depare esta "exuberancia reformista" del momento que pretende cambiarlo todo para que todo siga igual. --Vorágine lampedusísta lo llamo yo.

Juan Murillo -KARATEKA

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