lunes, 25 de noviembre de 2013

Miguel de Santa María y la política

---¡Adiós!---Ultimo día de vacaciones. Vuelta al magma putrefacto del caos político. Vuelta al escaparate donde se exhiben los muertos inocentes a dos o tres horas de avión. Médicos del mundo certifican que han sido gaseados. Las grandes potencias--Estados Unidos--que llevan años de injerencia, de entrenamientos, de pingües negocios de venta a unos y a otros deciden quién debe ser el culpable. También, como será el castigo. Poco importan los daños colaterales. Las nuevas victimas de inocentes carecen de importancia.
En Santa María. En un pequeño bar que se llama Sol y Aire donde, si llamas con antelación, Ester te hace un asado de cordero de lujo, Miguel, su hijo de 18 años que atiende el bar junto a su hermana y su padre, me dice: ¿como va lo de Siria y Egipto?-- Yo, estoy con el Wi-Fi y le informo.
--No tiene buena pinta, Miguel.
--Pues mira lo que he hecho---me dice. Me enseña una foto en el "móvil"
En una era pelada, la paja está apilada con arte. Unas caras recortadas, y la palabra, P A Z.--"Tienes que darte prisa para verlo porque se lo comerán las cabras". Miguel atiende el bar, estudia, da de comer a los animales y los limpia. Recorta la hierba, y la ordena decorativamente de cara al cielo. Piensa en los muertos inocentes y en la hipocresía miserable de los dirigentes políticos.
Quizá es creyente. Por eso, en un último intento lanza un mensaje que se vea bien desde arriba. ¡A ver si hay suerte!

Juan Murillo (02/09/2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario