Mal que pese a sus detractores--de izquierda y de
derecha--Podemos es un fenómeno revolucionario. Lo es por varias razones,
enumeraremos tres de ellas. 1) No
saben dónde ubicarlo.
El fascismo latente del que cuarenta años de franquismo y treinta de seudodemocracia
no ha sido capaz de vacunarnos, lo sitúa en la ultraizquierda mediante la voz y
la prensa de la caverna mediática. El PSOE y medios afines, alarmados por la
fuga de votos, trata de encasillarlo en un populismo de difusa ideología con
peligrosas connotaciones fascistas. Y la izquierda "seria y docta",
básicamente marxista, lo acusa de carecer de fundamentos teóricos rigurosos
para apoyar su proyecto, a la vez que de grave irresponsabilidad política al
banalizar el debate político y convertir determinadas opciones estratégicas en
falsos elementos de análisis. 2)
Todos coinciden en minimizar
su importancia a medio y largo plazo y no dan un penique por el resultado
final del proyecto Podemos pero, sorprendentemente, dedican ríos de tinta,
miles de páginas, y cientos de horas de TV a, ¡algo nimio y sin futuro! ¿No
es extraño? 3)Un programa de
majaderías propias de intelectuales metidos a políticos (esta es la opinión de la caverna)
aunque con muy buena actitud, (se refiere a los Círculos) por encima del
programa.
Pero, claro, ya no estamos hablando del 15M. Un movimiento de
protesta ciudadana que se negaba a participar en el Sistema porque había descubierto
las múltiples trampas activadas desde 1978, pero que no encontraba los
mecanismos apropiados para eludirlas o superarlas ni, por su propia estructura,
estaba en condiciones de ejercer la acción política directa a través de las
elecciones, mecanismo definitivo en nuestro sistema. Ahora, de improviso, (aunque
no tan súbitamente como algunos creen) aparece una formación política, Podemos,
que decide jugar en el tablero político con unas herramientas nuevas y que no
tiene ninguno de los lastres de los demás partidos políticos, a saber:
CORRUPCIÓN y dependencia de la BANCA. Además, esta formación política que ha
conseguido 1,2 millones de votos en las elecciones europeas, careciendo
totalmente de la estructura necesaria para ello, se extiende como una mancha de
aceite en toda la geografía española mediante los Círculos Podemos que, errónea,---o
interesadamente-- el comentarista Herman Terstch ha confundido y asimila con
células comunistas obviando que los círculos son espacios ciudadanos abiertos a
todo el mundo, espacios de debate, de decisión asamblearia y no dirigidos por
ningún líder al uso.
Es indudable que los adversarios políticos de Podemos han
visto--o temen---mucho más de lo que dicen y se aprestan a combatir a un
competidor con artes, mas malas que buenas. No en vano estamos a menos de diez
meses de las elecciones municipales y autonómicas y en contra de lo que muchos
analistas pregonan, Podemos se va a poder manejar mucho mejor en ellas que lo
haría en las generales, donde los retos de gran calado son difícilmente
superables a corto y medio plazo. Son innumerables los aspectos y los déficits
de la política local y autonómica a corregir que están al alcance de un partido
como Podemos a poco que sus máximos dirigentes se tomen en serio la formación
de cuadros. Hay tiempo.
También hay analistas que opinan que ni el Sistema ni Podemos
son reformables. Yo creo que el Sistema, en último extremo no lo es, pero
Podemos sí puede ser una opción de cambio real, razonablemente digno, adecuando
los tiempos a los objetivos, analizando escrupulosamente las inevitables
alianzas y creando una organización transparente, verdaderamente apoyada en la
ciudadanía. Lo que sí podría ser suicida es una utilización egoísta y
fraudulenta de los Círculos, a semejanza de lo que vienen haciendo los
"aparatos" de los partidos convencionales con su militancia. O una
oferta alocada y utópica en las generales, confundiendo un proyecto de futuro
con un programa de partido para un plazo dado.
Por supuesto que Podemos ha nacido con carencias. Pero la
pregunta clave es su pertinencia en estos momentos. Ya sabemos que el
materialismo histórico sitúa los cambios en un lejano futuro producto de una
gran carrera de fondo de la sociedad humana. Esta supuesta certidumbre tiene
dos claros resultados. El primero es, que no ofrece nada al presente y a la
vez, de facto, actúa como coartada del "no hacer" para tranquilidad
de conciencias supuestamente progresistas. El segundo, que quienes buscan
comida en contenedores, están en un paro de larga duración, han sido
desahuciados de su hogar o esperan una protección a la dependencia, no pueden
esperar a ese indefinido y lejano futuro donde se producirá la mágica
transformación. Que Podemos sea el catalizador que necesita la sociedad y lo
pueda hacer, es algo que está por ver. Pero tiene derecho a intentarlo. De la
derecha neoliberal en connivencia con el capitalismo transnacional, con el
capitalismo caciquil y oligárquico, no hay nada que esperar, ellos también te
remiten al futuro--a un triste y mediocre futuro--mientras tratan de
convencerte de que las miserias del presente son una inexcusable necesidad que
garantizará ese muy precario bienestar. No les importa que en la sociedad de la
información, del mundo digital, esté a la orden del día y a la vez que lo
anterior, el escaparate a todo color--insultante-- del enriquecimiento continuo
y permanente de minorías de la sociedad, de la impunidad de los corruptos, de
la acumulación de riqueza producto de la depredación en tanto que crecen
importantes bolsas de desigualdad y pobreza que no se pueden atender porque los
recursos deben destinarse a mantener y consolidar la estructura bancaria y
pagar una inexorable deuda.
Para rematar este desolador panorama, está el conjunto de
partidos políticos copartícipes y/o corresponsables de la situación de hoy en
España, junto a un sindicalismo heredado que un día muy lejano, pareció
rompedor, capaz de discutir y reclamar con un mínimo de dignidad los derechos
del mundo del trabajo. De este conglomerado de entidades políticas e
institucionales, la evidencia de los hechos, demuestra que tampoco puede
esperarse casi nada. Entonces, ¿quién y en base a qué, se atreve a decir que la
ciudadanía, toda la sociedad civil, no está en su perfecto derecho de buscar
otras alternativas y salidas? De momento, sólo Podemos es el único proyecto que
abre una puerta a la esperanza, ¿con dudas? Sí…, con muchas dudas, pero el
único.
Los que piensen o
crean que cambiando la cara del mascarón de proa del PSOE o dando algunos
toques cosméticos al partido, el problema de España entra en vías de solución,
y la situación de la ciudadanía mejorara, son pasto de ilusionistas o tontos
útiles.
Santa María, diez de Agosto de 2014