En
el Pleno de ayer tuvo lugar un nuevo round del combate entre el corrupto PP, y
los novatos de la izquierda a los que el Partido Popular intentaba manchar. Ese
era el objetivo, porque si hubiera habido la más mínima sombra de falta o
delito con elementos probatorios, los "peperos" habrían acudido a los
tribunales. En cualquier caso, un asunto más emocional y mediático que otra
cosa, que solo persigue el desgaste de Somos y Podemos ante la opinión pública
alcalaína apoyándose en los medios de comunicación, sin contraste, que dominan
ampliamente. Se ganó, como es natural.
No
obstante, la guerra sucia, tiene sus reglas. La difamación y la mentira también
tienen un precio. No solo se ha intentado manchar a determinados concejales y a
otras personas que no están en el Ayuntamiento, sino que también se señalan
como blanco a Somos/ Podemos, funcionarios implicados y a algún colectivo
ciudadano más, varios de ellos con personalidad jurídica. El asunto no puede
acabar con el Pleno de ayer. No sería admisible que estos afectados dieran la
callada por respuesta y no exigieran algún tipo de rectificación, al menos formal, a quien ha actuado de manera tan
miserable e irresponsable. Me refiero al Partido Popular y al periódico que
lanzó "la primicia".
Y
ya puestos, también se evidencia que no se puede afrontar la política con rigor
y seriedad sin las herramientas precisas para ello. Al suceso de ayer, no nos
engañemos, conforma avance la legislatura, le sucederán otros en un
"crescendo" constante. No puede ser que nuestros representantes en el
consistorio sean una suerte de náufragos en un bote pinchado. La configuración
definitiva de Somos-Alcalá y su articulación--la que se apruebe--con Podemos es
una necesidad, cuyo "pico" ya ha pasado. Una claque animosa y
entregada jamás podrá sustituir a la imprescindible organización. JMS. (20/12/2016)
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