Cuando
se propone suprimir círculos pequeños concentrándolos en algunos casos en otros
más grandes, y eliminar a los secretarios generales de los Círculos pequeños,
inevitablemente se acuerda uno del cardenal Richelieu, cuando, para consolidar
su poder, destruyó todas las fortalezas interiores del país dejando a duques y
señores sin defensas contra el rey. Si a eso se le añade una compartimentación
del suministro y recogida de la información, y la exclusividad en el control de
la misma, ya estamos en el universo de Fouché y su Ministerio de la Policía. A
esto, sin duda, no se le puede llamar "Organización", y no es que
"habitualmente, los responsables de organización den miedo y levanten
recelos", como se dijo. Eso sucede cuando se comportan policialmente.
La
guinda del pastel es la figura del "enlace", un sujeto sin
representación, sin capacidad propositiva, sin rango, solo un transportador
bidireccional de información: ¿qué información? ¿de quién, a quién y para qué?
No hay mejor manera de definir al chivato o correveidile. ¿No es suficiente en
un Círculo bien estructurado, con sus canales y responsables de comunicación,
donde coinciden y trabajan coordinadamente en sus respectivos espacios, el
Círculo, la CUP, el CCM y su SG elegidos democráticamente, con objetivos dentro
de una línea política, y el rendimiento de cuentas correspondiente a su Círculo
y al resto del partido? ¿Es necesario difuminar y vaciar de contenido a los
órganos y a los cargos? Desde el origen, los Círculos han sido un problema para
las cúpulas de la organización y se ha hecho todo lo humano
y divino para que no funcionasen. Los Círculos, para las cúpulas de Podemos,
son el mismo grano en el culo que "la militancia votante en el PSOE".
Y no hablamos a humo de pajas cuando de una manera abierta se ha escuchado que
"organización necesita tener ojos en todas partes".
Pero el crédito de dos
años que han concedido nuestros militantes desde la inocencia
y la inexperiencia, está a punto de agotarse. Ahora ya hay realidades
concretas a resolver. En los distintos municipios hombres y mujeres recién
llegados, están gestionando en la base ciudadana, cara a cara con vecinas y
vecinos y en confrontación directa de desgaste con los rivales políticos. En la
próxima tacada probablemente vamos a ser muchos más, y la contienda política,
más que nunca, se dinamizara desde los escenarios locales y ahí hacen falta
responsables leales y reconocidos. Sobran todos los trepas y todos los
maquinadores oportunistas para que mínimamente sea posible alcanzar los objetivos
que el pueblo necesita. JMS. (05/12/2016).
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